Saltar al contenido
Segunda Entrevista a Manuel Parra Celaya

Segunda entrevista en Radio Ya a Manuel Parra Celaya, vicepresidente de la Fundación José Antonio Primo de Rivera

Entrevista a Manuel Parra Celaya

Entrevista en Radio Ya a Manuel Parra Celaya, vicepresidente de la Fundación José Antonio Primo de Rivera

«Ser falangista hoy es como ser mosquetero, algo que carece de sentido»

Rosas de Plomo’ es el título del extenso ensayo donde este escritor sevillano argumenta la idea de que José Antonio Primo de Rivera y Federico García Lorca fueron amigos, y vincula las dos figuras más allá de las ideologías que representan

ALEJANDRO LUQUE | SEVILLA | 26 abr 2015 / 13:04 h.

El título es Rosas de plomo (Stella Maris), el subtítulo dice el resto: Amistad y muerte de Federico y José Antonio. Un extenso ensayo en el que el malagueño –y sevillano de adopción– Jesús Cotta argumenta la amistad entre Lorca y Primo de Rivera antes de ser «convertidos en iconos de Españas contrarias».

—Define a Lorca como El Poeta, y a José Antonio como El Caballero. ¿Por qué éste último apodo?

—Era una persona de carácter muy noble, capaz de encontrar el mérito y la verdad en cualquiera, sea del bando que sea. No era sectario. Podía haberse dedicado al galanteo de salones, pero se enfangó hasta el gañote en una aventura política que sabía que lo iba a matar. No fue un ideólogo fue un idealista.

—¿Es suficiente el testimonio de Celaya para certificar que ambos fueron amigos?

—Los que niegan la amistad lo hacen por razones ideológicas, pero Celaya, Rosales y otros testimonios secundarios señalan que Lorca y josé Antonio coincidían antes del 35 todos los viernes en sendas tertulias, contiguas y simultáneas, del café Lyon. Y que José Antonio pide al rapsoda González Muñoz que le recite algo de Lorca, «que tengo hambre de él». En ese contexto se conocieron, y hay muchos candidatos para presentarlos: el principal, Carlos Morla Lynch.

—¿Cómo asumir que Lorca fuera amigo del inspirador de sus verdugos?

—No hay contradicción. José Antonio funda un partido muy ecléctico, que quería aglutinar lo mejor de la izquierda (la revolución social) y de la derecha (la religiosidad y la patria). Tras la guerra, la que triunfa no es la Falange, sino la reacción.

—Insiste en el catolicismo de Lorca. ¿En qué se basa?

—Su gran problema es el miedo a la muerte, y lo conjura con tres elementos: la belleza, el amor y la trascendencia, que se confunden en él. Uno lee los Romances sonámbulos y ve en cierto modo a un místico. Pero la religiosidad de Lorca es libre, sensual. Lo que defien a alguien como católico es la virgen y la eucaristía, y él es mariano y eucarístico. Nadie pondría en duda su catolicismo si no fuera porque nos han hecho creer que era izquierdista, pero el sentía grima por la política. se definía como católico-comunista-libertario-anarquista-tradicioanlista-monárquico. Nada de eso y todo a la vez.

—¿No pasa de puntillas sobre su homosexualidad?

—Hablo más bien de epentismo, como decía él. Y mira, uno de los alicientes de José Antonio es que reconoció públicamente su deseo de conocer a Federico, a pesar de los prejuicios de la época. Lorca en cambio ocultó su simpatía, por la tremenda presión de sus amigos izquierdistas, Alberti y Neruda sobre todo. Por eso su amistad quedó en secreto.

—¿Ha descubierto algo de José Antonio en este libro que no conociera antes?

—Sí, tenía el prejuicio del gánster, el señorito engominado de discurso huero, pero cuando lo he conocido a través de Lorca ha cambiado mi opinión. Es un caballero un referente moral. La política española necesita hombres como él, valientes que hacen lo que predican, que renuncian a sus comodidades por amor real y activo por la gente, y mueren sin rencor y perdonando a sus ejecutores. Al final de su vida abomina del fascismo, «una religión vacía», dice. De hecho, fue fascista del 31 al 34, y sin xenofobia ni racismo. Se da cuenta de que la Falange ha sido un error, pero no lo puede decir, porque hay falangistas muriendo en el frente.

—¿Cree que Franco instrumentalizó su muerte?

—A Franco le vino bien, porque habría sido un competidor político imponente, y él habría quedado solo como jefe militar. Con su muerte pudo castrar el espíritu real de su mensaje, convertirlo en un casto santón y usar su simbología de camisas azules y ángeles con espadas.

—¿Qué opina de quienes reivindican hoy la Falange?

—Pienso que son unos ilusos. El producto político que produjo José Antonio es circunstancial. Ser falangista hoy es como ser mosquetero, no tiene sentido.

—¿Y en la Transición?

—Creo que la Falange murió con José Antonio. A mí me gusta la reivindicación de una España sin complejos, pero es un proyecto ideado para los años 30.

FALANGE HOY, entrevista a Gustavo Morales

Publicado25 enero, 2015 | Por Hispaniainfo

En 1973 MIGUEL VEYRAT JOSÉ LUIS NAVAS-MIGUELOA, publicaron FALANGE HOY. Un libro que recogió la voz de falangistas de distintas generaciones con la intención de estar al tanto del pensamiento falangista en su momento.

Desde Hispaniainfo.es sabemos del esfuerzo que supuso tal obra, y valoramos la gran aportación a su momento.

La idea de dicha obra, queremos traerla ahora a este portal, para todos los falangistas y para todos aquellos que quieran conocer a los hombres y mujeres que hacen falange. Una serie de entrevistas, rápidas y breves que promuevan debates e intercambios de ideas y vivencias. Nuestra obra no será de la importancia que supuso el libro FALANGE HOY, sin embargo nuestra intención no es otra que el que mueve la mera existencia de Hispaniainfo, servir a España y la Falange.

Durante las próximas semanas se irán publicando periódicamente las entrevistas que se enviarán a falangistas de distintas generaciones y esperamos con ellas abrir un debate continuo y duro que nos permita PENSAR Y HACER PENSAR.

55 años o más.

En primer lugar, cuéntanos tus antecedentes políticos. ¿Dónde se sitúan? y la experiencia más dura que tuvieras que luchar en aquella época.

Había leído a José Antonio, tenía 14 años. Un día, en el instituto Cervantes, un universitario echó unos panfletos que en resumen decían: Falange sí, Franco no. Corrí tras de él. Así me afilié al Frente de Estudiantes Nacional Sindicalistas, que usaba como tapadera la Asociación Juvenil Amanecer. El FENS fue uno de los grupos que participó en la creación de FE de las JONS (auténtica).

La más dura fue personal. La muerte de mi madre. En las otras cosas, los años convierten en anécdotas cualquier cosa. Fui detenido tres veces: por los grises, por la Guardia Civil y en Huesca. Estuve en el primer choque entre Fuerza Nueva y nuestras milicias en Goya; en Alicante en 1976, una noche de barricadas. Tan es así, que los de un grupo azul pusieron al año siguiente un cartel en las calles de esa ciudad donde ponía: “Alicantinos. No salgáis a la calle. Qué vienen los hedillistas!”.

¿Cuáles son los mayores cambios que has notado en los últimos cuarenta años en nuestro ámbito ideológico/político? ¿Cuál era el trato entre los camaradas de las distintas organizaciones falangistas?

Uno de los mayores cambios es que organizaciones que se escandalizaban por las consignas de FE de las JONS (auténtica) las usan ahora: república sindical, autogestión, únete a la rebelión, contra la unificación, etc. Los falangistas mal llamados “rojos” y “hedillistas” hoy no militan pero sus ideas son las generales de buena parte del mundillo.

Creo que entre los camaradas veteranos de organizaciones de los 60 y 70 se ha producido un encuentro, desaparecida la división engendrada por los partidos. Sin embargo, entre los jóvenes, hay ácidos debates sobre las mismas cuestiones de hace 40 años: Franco, los símbolos, la imagen… debate que no tiene lugar en torno a otras cuestiones actuales: salario social, modelo económico, estrategia, tácticas…

Tras la caída del Régimen del 18 de Julio no fue posible que hubiera una sola organización que agrupara a todos los falangistas. ¿Ves posible la tan anhelada unidad en el futuro? Sí es así, ¿sobre qué bases debería alcanzarse la unidad entre los falangistas?

Ni antes del 18 de julio había una organización que agrupara a todos los nacionalsindicalistas. Creo que la organización que conquiste la calle será la que se haga con la hegemonía. Para ello hay que dar con el mensaje que transmitir. Los vasquistas han creado “super vasco” y los catalanistas “España nos roba”. Pues tenemos que ser capaces de sintetizar en un lema así: la nación como espacio de la solidaridad. Con todo, la experiencia de calle que está teniendo lugar en Madrid, con el Hogar Social Ramiro Ledesma, es apartidista.

La unidad de organización sigue a la unidad de acción.

¿Crees que algún aspecto doctrinal de la falange y el nacionalsindicalismo ha quedado desactualizado o inservible para la España de hoy?

Una gran parte de los 27 puntos son agrarios, como corresponde al perfil económico de la España para la que se presentaron. Pero puntos y programas puntuales aparte, el cuerpo doctrinal sigue vigente. Tanto José Antonio como Ramiro abominaban de los programas. Por otro lado, el papel de los sindicatos hoy está muy devaluado por la actividad de los mayoritarios. Los azules tienen dos sindicatos pequeños y la vida sindical no supone apenas tiempo entre los nacionalsindicalistas. Es una cuestión más de praxis.

¿Crees que la imagen o conocimiento que los españoles tienen de la falange ha mejorado o empeorado durante los últimos cuarenta años?

Ha empeorado. Antes vivía mucha gente que había crecido en el Frente de Juventudes, había estudiado en las Universidades Laborales, había trabajado en la misma empresa toda su vida, etc. que conocían, de alguna manera, el falangismo. Hoy no ocurre eso. Para las generaciones anteriores, decir José Antonio era suficiente. En las actuales no lo conocen ni diciendo los dos apellidos.

¿Cuál crees que es el motivo por el cual la mayor parte de falangistas de tu generación abandonaron? ¿Qué sería necesario para su “regreso”?

Por el síndrome de Sepu, unos almacenes que había en la Gran Vía donde se entraba por la calle José Antonio y se salía por Desengaño. Las ideas te las llevabas a casa pero la realidad del falangismo ha quemado generaciones que acaban por centrarse en lo que tenían olvidado: su vida profesional, familiar, etc. Acertó Ramiro cuando situó la edad límite del mando en los 45 años.

Para su regreso no haría falta mucho pero creo que el mensaje es para un grupo más amplio de españoles.

Dinos tu opinión sobre los siguientes temas:

-Estado de las Autonomías. El retorno a la taifa, al clientelismo, al gigantismo estatal. El impulso del egoísmo, la victoria de la bandería, el desafuero, el ridículo internacional, la inestabilidad, la deuda permanente y lo peor: la educación en mentiras y odios.

-Inmigración. La hay asimilable, especialmente con la que compartimos cultura. La hay que forma guetos y vive de espaldas a la sociedad donde come. Pero los que saltan vallas y pelean con los guardias en las fronteras no son inmigrantes, son invasores.

-Corrupción institucional. No es que haya corruptos en un buen régimen. Es que este régimen propicia la corrupción.

-Monarquía. No, atenta contra la dignidad humana.

-Terrorismo. Busca salir en los medios, lo necesita. No hay acción terrorista que no busque la publicidad de una causa, la afirmación de la existencia de un grupo, la demostración de que tiene partidarios. Es la nueva guerra y presenta muchos claros oscuros en su actuación, así como la lucha de los Estados contra él. Es la tentación permanente de grupos que no saldrían de la marginalidad de otra forma.

El PP es un dique para la articulación de una nueva derecha

La Tribuna del País Vasco
Entrevista a Pedro Carlos González Cuevas

Autor de obras como Acción Española. Teología política y nacionalismo autoritario en España (1913-1936), Historia de las derechas españolas. De la Ilustración a nuestros días o El pensamiento político de la derecha española en el siglo XX. De la crisis de la Restauración al Estado de partidos (1898-2000), Pedro Carlos González Cuevas es actualmente uno de los principales estudiosos españoles dedicados a analizar la evolución ideológica de las principales formaciones políticas de ámbito nacional.


Titular de Historia de las Ideas y de las Formas Políticas en la Universidad Nacional de Educación a Distancia, González Cuevas colabora habitualmente en revistas como Historia y Política, Revista de Occidente, Revista de Estudios Orteguianos o Alcores.

Como colofón a un año en el que «Podemos» ha sido la clave política, La Tribuna del País Vasco analiza con él las causas y las consecuencias del actual auge de la izquierda radical española, representada especialmente por «Podemos», pero también por otras organizaciones menos conocidas de ámbito nacional o regional.

En su opinión, ¿sobre qué bases políticas y sociales se asienta el fuerte empuje que actualmente tiene la izquierda radical en España?

La base social de la izquierda radical, entendiendo por izquierda radical a Izquierda Unida y Podemos, fundamentalmente, está constituida por profesores de instituto y por docentes universitarios, por jóvenes parados sin esperanza de futuro y por hombres y mujeres mayores de cincuenta años que tienen miedo a perder su puesto de trabajo. Detrás de esta izquierda radical también se encuentra una clase media-baja y una clase obrera más o menos cualificada. Esto es lo que revelan los estudios sociológicos que se han hecho recientemente.

Desde el punto de vista de la cultura política, la izquierda radical bebe de diversas fuentes. Se mueve dentro de lo que es el marxismo, tanto el tradicional como el nuevo marxismo. También engloba elementos de lo que se conoce como «izquierda lacaniana», que es la izquierda que ha cogido el marxismo y lo ha mezclado con el psicoanálisis de Jacques Lacan. Un elemento importante de esta nueva «izquierda radical» es lo que los franceses llaman «izquierda moral». Esta «izquierda moral» incide menos en las transformaciones sociales y se centra de una forma más concreta en cuestiones culturales o en aspectos sociales como la defensa de algunas minorías, la ideología de género, el feminismo o un genérico «antifascismo». José Luis Rodríguez Zapatero, con su defensa de la «memoria histórica», fue un claro exponente de esta «izquierda moral».

Hoy en día, dirigentes de la izquierda radical como Pablo Iglesias o Juan Carlos Monedero se dicen seguidores e, incluso, discípulos, de Marx o de Lenin. Y, desde una óptica más actual, se alimentan intelectualmente de personalidades como el filósofo Slavoj Žižek, el escritor francés Alain Badiou (discípulo de Louis Althusser), Michael Hardt, que junto con Toni Negri ha sido muy crítico con el imperialismo, la feminista Judith Butler o Jacques Rancière (también discípulo de Althusser).

Le pregunto a Pedro Carlos González Cuevas sobre la extrañeza que produce observar la fuerte presencia que tiene, y el apoyo que recibe, una ideología tan radical como la de la nueva izquierda española en los más diversos medios de comunicación y foros culturales. «Yo creo, maliciosamente, que esto es una trampa del Partido Popular para dividir a la izquierda», explica el también autor de La tradición bloqueada. «Con este objetivo, desde el PP se habría puesto un empeño importante en promocionar a esta izquierda radical a través de los grandes medios de comunicación. Se trataría de acabar con Izquierda Unida y de dividir al PSOE. El hecho de que estas personas estén todos los días en canales como “Cuatro” o “La Sexta”, respondería a esta estrategia. Aunque, realmente, el único que llama un poco la atención es Pablo Iglesias. El resto, son todos un poco toscos»

Pedro Carlos González Cuevas explica que otro elemento importante es que esta izquierda radical tiene importantes editoriales a su servicio, como «El Viejo Topo», en la que se encuentran muchas de las claves de este movimiento; «Siglo XXI», «Crítica», «La Catarata», «Txalaparta», «Akal», «Anagrama», «Seix Barrall» o «Icaria», entre otras muchas.

«Por este motivo, en ciencias sociales e historia hay una clara hegemonía del pensamiento de izquierda más radical. Con estos medios de comunicación y estas editoriales a su disposición, tienen una gran parte del terreno ganado. Hay que tener en cuenta, en este sentido, que la derecha carece de editoriales importantes».

¿Cree que la fortaleza de la izquierda radical en España es un peligro para el sistema democrático?

Este crecimiento de la izquierda radical no solo es un peligro para el sistema democrático sino que es también, y esto es casi más importante, una clara amenaza para el Estado y para la nación española. Sin Estado y sin nación, no hay democracia.

En España, hay una crisis global. Una crisis económica, una crisis del modelo de Estado, una crisis de representación y una grave crisis social. Todo el sistema de convivencia que nació con la Transición, está en cuestión. No digo que vaya a caer en unos pocos días, pero se encuentra muy cuestionado. Si en los próximos meses la izquierda radical consigue una representación importante en las instituciones, esta situación se agravará. Y nuestra sociedad estará realmente en peligro.

Tenemos que tener en cuenta que nuestro sistema democrático está en crisis por sí mismo, especialmente por el fenómeno de la globalización. Hay sociólogos como Zygmunt Bauman o Ulrich Beck que inciden en esto. Como el Estado nación está en crisis, la representación democrática de éste, también lo está, ya que, en ocasiones, deciden instituciones lejanas, como ocurre, por ejemplo, con la Unión Europea. Quizás estamos caminando hacia otro estado de cosas desde un punto de vista político que, como dice el pensador británico Colin Crouch, es la «posdemocracia». Esta «posdemocracia», en el fondo, sería una especie de gran tecnocracia a nivel global.

¿Es la izquierda radical española un tipo particular de populismo?

En mi opinión, hay que tener mucho cuidado con este calificativo. El populismo es un fenómeno muy poco definido y, en este sentido, yo creo que la izquierda radical española lo que hace es coger determinados aspectos de lo que, generalmente, conocemos como populismo. Populismo hay en todos los sistemas políticos. En la antigua Roma ya había populistas. También en el «bonapartismo», en el nacionalismo francés de Boulanger, en el fascismo, en el regeneracionismo español, en el nazismo o en el régimen mexicano.

La izquierda radical española de hoy en día tiene algunos elementos populistas como hablar constantemente de la «lucha del pueblo» contra la oligarquía («la Casta»), la ausencia de un programa político explícito, la glorificación del líder o la crítica a los partidos tradicionales. Pero lo que prima en su discurso es el marxismo, la izquierda lacaniana y la «izquierda moral». Es un intento de renovación del comunismo tradicional.

¿Por qué en España los valores «políticamente correctos» se asocian permanentemente con los valores defendidos por la izquierda?

Es una consecuencia de cómo se hizo la Transición. Se asoció a la derecha con el franquismo y como, a lo largo del tiempo, no se ha contrarrestado esa campaña de demonización, lo que ha ocurrido es que el PP, que actualmente es la única fuerza nacional de derechas, ha interiorizado esas críticas. El PP es incapaz de articular un proyecto político, cultural e intelectual y se centra, exclusivamente, en gestionar la economía de una forma más o menos eficaz. Esto es muy grave. Esto es lo que ocurre, por ejemplo, con la Fundación FAES, que, en mi opinión, no es capaz de alumbrar un proyecto intelectual que ofrezca una interpretación sólida y global de la historia de España. El PP, actualmente, es un dique para la articulación de una nueva derecha o de varias nuevas derechas.

¿Cómo explica la alianza, casi simbiótica, de la izquierda radical y los nacionalismos periféricos en España?

La izquierda española, tanto la socialdemócrata como la más radical, nunca ha tenido una idea clara de España. La izquierda no ha tenido a su Menéndez Pelayo. No ha habido en la izquierda ninguna preocupación por la nación. Ninguna. El PSOE, por ejemplo, pone la clase social por delante de la nación.

Por otra parte, el proceso de nacionalización española es muy desigual y, de hecho, hasta la Guerra Civil se trata de un proceso muy débil. Hay debilidad del Estado, de la escuela, de la enseñanza, etc. No se difunde un mensaje unitario a través del Estado y de la escuela, entre otras cosas, porque no hay dinero. De este modo, las instituciones socializadoras son la Iglesia (que en algunas regiones como en Cataluña o el País Vasco está más a favor de los nacionalismos autóctonos que de la nación española) o el Ejército, que no puede hacer demasiado porque tampoco había entonces servicio militar obligatorio.

El proceso de construcción de la nación se produce tras la Guerra Civil y la izquierda no acepta eso. Y, por ello, asocia a la nación española con el franquismo.

Además, la izquierda y la extrema izquierda española creen, siguiendo a Lenin, que los nacionalismos favorecen la subversión, ya que una forma de acabar con el Estado es fragmentándolo. Ahora mismo, Izquierda Unida o Podemos y otras fuerzas lo que buscan es unirse con los nacionalistas para destruir el Estado. Es así de simple. Y de tremendo.

Pedro Conde Soladana para elmunicipio.es: “José Antonio ha sido definido como un “arquetipo”, un modelo de conducta para la Humanidad”

elmunicipio.es entrevista a Pedro Conde Soladana, líder de Falange Española de la JONS Auténtica en los años 70 del pasado siglo XX. Nació en Castronuño, Valladolid, Castilla, España, en 1940. Obrero metalúrgico en  Fasa-Renault de Valladolid, en donde ejerció una gran actividad sindicalista, como afiliado a la “Confederación de Trabajadores Sindicalistas”, de inspiración claramente joseantoniana.

Varias veces detenido, encarcelado y finalmente despedido por defender la Justicia Social desde posiciones falangistas.

Compaginó el trabajo con el estudio del Derecho y la Sociología. Hoy sigue proclamando y difundiendo la ideología que nos legó José Antonio Primo de Rivera desde la fundación de Falange Española en 1933 hasta su fusilamiento en 1936. La Falange de José Antonio dejó de existir el 19 de abril de 1937 con el decreto de Unificación y la condena a muerte de Manuel Hedilla, líder entonces, de Falange Española de las JONS, por oponerse a Franco; el partido único surgido de este decreto, ”Falange Española Tradicionalista y de las JONS” y el posterior ”Movimiento Nacional” no representan a la Falange Auténtica joseantoniana, que pasó a la clandestinidad, recuperando sus siglas con el calificativo de “Auténtica” al comienzo de la llamada “Transición”, siendo Narciso Perales y Pedro Conde Soladana sus lideres más representativos.

elmunicipio.es publica esta entrevista a Pedro Conde Soladana anunciando para muy pronto una segunda parte de la misma, que promete ser tan interesante o más, si cabe, que ésta.

Pedro Conde Soladana

elmunicipio.es ¿Por qué dice Vd. que es joseantoniano?

Pedro Conde Soladana. Porque lo mamé y podría asegurar que en mí ha imprimido carácter. Por otro lado, a esta altura de los tiempos de mi vida no sabría ser otra cosa.

Y no es que no haya contrastado con otros pensamientos e ideologías, es que en la comparación me he convencido de que frente a la flaqueza y volatilidad de las ideas humanas está la firmeza berroqueña de las conductas decentes. Por ello, José Antonio ha sido definido como un “arquetipo”, un modelo de conducta para la Humanidad.

elmunicipio.es ¿Qué es ser joseantoniano en el siglo XXI?

Pedro Conde Soladana. Esta pregunta podría considerarse respondida con lo dicho anteriormente; pero añadiré que cuanto más revueltas y convulsas parecen las sociedades apuntando hacia un muy sombrío horizonte, más se reafirma uno en la herencia de la principios. Ser, pues, joseantoniano en siglo XXI es reafirmarse en aquella definición del “hombre como portador de valores eternos”, síntesis de todos esos principios recibidos y asumidos.

elmunicipio.es Cuando Vd. dice publicamente que es seguidor del fundador de Falange Española ¿qué reacciones provoca en los que le escuchan?

Pedro Conde Soladana. Tengo que decir que en un alto porcentaje, que incluye hasta los silenciosos, provoca respeto. El respeto que produce la coherencia, cuando a tanto chaquetero y camisero se le ha visto cambiar de prenda, en todas las ideologías, para converger todos al fin en la plana, pragmática y pedestre ideología del dinero.

De izquierda a derecha. Miguel Hedilla, Jesús Mencias y Pedro Conde Soladana

elmunicipio.es  Si un joven de hoy le pregunta por la doctrina joseantoniana ¿cómo se la explicaría?

Pedro Conde Soladana.  Empezaría por leerle el Testamento; para que comenzara sintiendo un admirado y profundo respeto por esa persona que fue capaz de morir por sus ideas. Le hablaría de los principios éticos y morales sobre los que debe asentarse un pueblo, una nación, que quiera realizar un proyecto permanente de vida en común. ¿Cómo no hablarle de un sistema político con cuya articulación el hombre, todo hombre, pueda sentirse realizado en todas sus facultades y condiciones; en definitiva, la creación de una sociedad de hombres libres en la que no quepa otra “aristocracia que la del trabajo”? Después de explicárselo, le pediría que me diera su opinión sobre ese concepto de “democracia de entidades naturales” en la que electores y elegidos están unidos no por intereses partidistas y partidarios sino por intereses comunes y comunales de municipio, provincia y nación.

En cuanto a la economía, explicarle que el gran y único protagonista del proceso productivo es el factor trabajo y no el capital, mero instrumento, indispensable como medio, pero sólo eso. Decirle que el único dueño de la empresa es el trabajo, factor individual e intrínseco al hombre. Estaríamos hablando, le diría, de un proyecto revolucionario capaz de trastocar los planteamientos y bases económicas de la sociedad mundial. A lo que le seguiría una pregunta: “¿Tú crees que los poderosísimos intereses creados por el ya globalizado y poderosísimo sistema capitalista estaría dispuesto a entregar el testigo?”. Mi respuesta, sin esperar la suya, sería: “Tendrían que haberse vuelto todos santos y arrepentirse de repente”. Así que sólo lo veremos si el sistema capitalista, toda una inmensa burbuja asentada sobre la especulación de los “tiburones” bancarios, revienta un día”. Indicios y circunstancias hay; pero el ente es un gigante y podría arrastrarnos a todos al abismo en su caída.

Le hablaría de una economía basada en la condición del hombre como ser social y comunitario, educado para vivir en comunidad, por lo que el conocido sindicalismo pasa, en la doctrina joseantoniana, de ser una posición y acción reivindicativa, a la acción gestora de la economía que considera al trabajo fuente de producción y por tanto propietario comunal de la empresa.

elmunicipio.es Y a un asalariado o a un autónomo o a un pequeño empresario o a un funcionario o a un parado o a un pensionista ¿cómo les presentaría las ideas joseantonianas para captar su interés?

Pedro Conde Soladana.  La pregunta es todo un reto; porque todos y cada uno de esos individuos en la condición expuesta en la pregunta, están en estos momentos como para escuchar doctrinas que rozan la utopía.

Intentaré responder presuponiendo en cada uno de ellos un estado de ánimo como para atenderme.

A un asalariado: Que en una economía nacional y sindicalista, él sería dueño en su parte alícuota de la empresa.

A un autónomo: Que ya representa la célula básica de esa futura economía.

A un pequeño empresario: Que no olvide que los hombres y mujeres que forman su modesta plantilla deben ser la mina de valores de donde saque a su vez el valor de la empresa; que, como toda mina, puede tener su pequeña ganga humana, que no dude en tirarla a la escombrera. Una empresa, grande o pequeña, es un proyecto económico colectivo que exige la calidad y preparación máxima de sus miembros.

A un funcionario: Que es un auténtico servidor del pueblo –no ese que vive en la retórica de todo politicastro-. Que debe sentirse orgulloso de serlo y el pueblo se lo reconocerá y agradecerá.

A un parado (contra su voluntad y buen hacer): Que en una economía comunitaria y sindicalista, esa condición sería excepcional. Y en todo caso, la comunidad, la nación respondería siempre por él en esa situación, que habría de ser siempre transitoria.

A un pensionista: Que recibiría su prestación, garantizada, en proporción a lo que hubiera cotizado y siempre lo suficiente para acabar sus días con dignidad.

Entiéndase que una economía comunitaria no es una economía comunista en la que todos los individuos son considerados iguales aunque sean distintos en valores y aportaciones. Ya lo decían los obreros en aquel paraíso comunista cacareado por sus corifeos occidentales, los de este lado de aquel muro, aquella URRS: “Me engañarán en el salario pero no en el trabajo”. Qué inmensa estafa histórica la del comunismo al proletariado universal.

Pedro Conde Soladana con camaradas de Falange Española de las JONS (Auténtica)

elmunicipio.es Vd. fue líder de Falange Española de las JONS (Auténtica) en los años 70 del siglo pasado ¿nos podría decir en pocas palabra qué significó esa organización en la transición española? ¿Por qué no fue viable?

Pedro Conde Soladana. Un intento de llegar a las raíces más profundas de la auténtica España y ponerla, unida, en el lugar que le corresponde por su gran Historia. Un empeño por hacer valer aquello de que “ser español es una de las cosas serias que se pueden ser en el mundo”.

¿Por qué fracasó? Son muchas las causas: incomprensión, demasiada historia espuria sobre nuestras espaldas, desánimo para llevar a cabo un proyecto tan gigantesco, la novedad de un cambio político, la tan cacareada democracia liberal-capitalista, un descrédito ajeno a nuestras responsabilidades, una ciudadanía que creía que  todo eso se había aplicado en la dictadura, etc., etc. Aquel descrédito fomentado por unas izquierdas de aluvión, dominadas por los nuevos profetas del paraíso marxista, peritos en demagogias. De las derechas qué decir; como siempre braceando en el mar de la ambición y los intereses económicos, con su falta de sentido de Estado como se ha podido comprobar una vez más y ahora. ¿Adónde podríamos llegar así, nosotros, unos jóvenes inexpertos, a los que nos arrebataba más el ideal que el freno que debía ponernos la razón del momento?

elmunicipio.es ¿Cuáles son los obstáculos principales que tienen hoy los joseantonianos para mostrar sus ideas a la sociedad y ser escuchados? ¿Cómo deberían presentarse?

Pedro Conde Soladana. ¿Presentarse? Desde luego sin ningún complejo. Nada más hay que mirar alrededor, a derechas e izquierdas para ver quién te puede acomplejar. La metástasis de la corrupción los invade a todos. ¡Pues solo faltaba! Presentarse de manera inmediata como ciudadanos decentes, como españoles hasta la médula, sin pelos en la lengua. Y del futuro ya hablaríamos.

Sin embargo los obstáculos son muchos. A destacar: la vieja incomprensión, la propuesta ideológica que roza la utopía para una sociedad de pensamiento plano y satisfacción pancista, obnubilada por el capitalismo que no ve más allá de los beneficios materialistas e inmediatos…Sumemos a ello lo dicho más arriba: el descrédito heredado de arribistas y logreros y, por qué no decirlo, de más de un canalla vestido con camisa azul.

¿Cómo encajar, por otro lado, un proyecto ideal que quiere acabar nada más y nada menos con ese gigante que todo lo domina, con poder universal, como es el capitalismo?

Pedro Conde Soladana

elmunicipio.es ¿Quiere Vd. añadir alguna cosa más?

Pedro Conde Soladana.  Sí, que sin una cultura vasta y profunda, sin una educación intelectual, ética y moral de la sociedad, un proyecto de tal calado es muy difícil de comprender y, sobre todo, de poner en marcha. Se trata de un concurso, un compromiso total del pueblo y que ni un solo español, ni una sola inteligencia se pierda por falta de medios económicos. José Antonio dixit.

elmunicipio.es Muchas gracias Pedro, esperamos seguir contando con tu colaboración para dar a conocer la auténtica ideología joseantoniana y su verdadera memoria histórica.

“¿Cómo no hablarle de un sistema político con cuya articulación el hombre, todo hombre, pueda sentirse realizado en todas sus facultades y condiciones; en definitiva, la creación de una sociedad de hombres libres en la que no quepa otra “aristocracia que la del trabajo”? Después de explicárselo, le pediría que me diera su opinión sobre ese concepto de “democracia de entidades naturales” en la que electores y elegidos están unidos no por intereses partidistas y partidarios sino por intereses comunes y comunales de municipio, provincia y nación”. Pedro Conde Soladana.

Entrevista por elmunicipio.es a Pedro Conde Soladana. II Parte

–   Sobre la crisis. Sobre el campo español. Sobre España (presente y futuro).

–   Mensaje a los antiguos camaradas de Falange Española de las JONS Auténtica.

–   Palabras sobre el 80 aniversario de la Fundación de Falange Española. (29 de Octubre de 1933. Teatro de la Comedia en Madrid).

elmunicipio.es ¿Cuándo y cómo ve Vd. la salida de la crisis en España, Europa y en el Mundo?

Pedro Conde Soladana. La pregunta, aunque está en singular, habrá que entenderla como si estuviera hecha en plural, las crisis; porque de éstas, no sólo la económica que es la que ha estallado ahora en la cara de la Humanidad, forman parte también las de la política, las de lo social, las de la  ética, las de la  moral…que han antecedido a aquélla, incluso son en el fondo sus generadoras.

Por tanto hay que hablar de crisis en plural. Hay una especie de parálisis general de los valores humanos.  Del honor, de  la dignidad, de la nobleza, de amor al prójimo…la Humanidad es muy deficitaria. Estas virtudes  deberían formar el código social de conducta del ser humano desde la escuela. Esa carencia se refleja en todo, y de manera evidente en la economía, de la que el egoísmo  es por desgracia el principal motor en su versión capitalista. De ahí las crisis cíclicas y aparentemente inexplicables de ésta. En la escuela de hoy sobran profesores de la nada y faltan maestros del todo.

¿La salida? De los errores se aprende; lo que no se suele añadir es si para bien o para  mal; si es para reforzar con nuevas experiencias y ganancias la conducta del malvado o ladrón o si es para cambiar a una conducta honrada. Desde luego, si la salida a la crisis económica va a ser más capitalismo enseñado por sus propios errores, aunque no escarmentado, las cosas no cambiarán para la Humanidad y las crisis se sucederán en ciclos más cortos hasta que llegue el colapso y con éste ¿qué podrá venir después? No quisiera ser profeta del error y del horror.

La salida de la crisis en España exige como mínimo la desaparición de una clase gobernante inepta, mediocre e inmoral. El cómo y el cuándo están condicionados a ello. En Europa también irá por barrios, en este caso por naciones, con las diferencias que marque también la calidad de sus clases gobernantes. El mismo diagnóstico podríamos establecer para el resto del mundo. El hombre es el sistema y de su grandeza o miseria depende la calidad de éste.

Pedro Conde Soladana con camaradas de Falange Española de las JONS Auténtica

elmunicipio.es ¿A quién o quiénes beneficiará  el nuevo ciclo económico que está surgiendo?

Pedro Conde Soladana. Presumiblemente a los de siempre; porque éstos seguirán llevando el timón del poder económico al que el político, el poder político, le sirve de lacayo bien remunerado. O ¿no vemos  constantemente  el trasvase de esos lacayunos desde un puesto de ministro, cuando cesa, al de miembro o “miembra” de un consejo de administración de una gran empresa?

La única duda es que teniéndolo todo atado, según creen ellos, esté bien atado. La Historia se repite y las revoluciones sociales son las espadas que rompen los nudos gordianos de cualquier sistema injusto. Tiempo al tiempo.

elmunicipio.es Según su visión ¿Quién liderará el mundo a mediados del siglo XXI?

Pedro Conde Soladana. Los ciclos histórico-biológicos son los pasos hacia delante de ese ente llamado tiempo; éste no tiene marcha atrás. A todo imperio le sucede otro imperio; a todo poder otro poder. La ley de los tres estadios vitales, nacimiento, desarrollo y muerte es inexorable. Así que es de prever que a los actuales dominadores del mundo les sucederán otros dominadores y de otros continentes. Se apunta a China. Puede ser; pero cómo resolver esa cuadratura del círculo de una economía capitalista dentro de un sistema político comunista…Sería este un tema para meditar mucho porque o cambia el sistema económico o cambia el sistema político; la coyunda de ambos, a mí me parece inviable a largo plazo.

Sólo si la  creciente e imparable globalización de este planeta se hiciera por síntesis de los valores y principios que son comunes a la Humanidad: el amor, la justicia, la solidaridad, la ciencia, la cultura…el género humano podría hablar un día de paz, fraternidad y globalidad. Mientras eso llega, si ha de llegar, el hombre y sus sistemas actuales se seguirán enfrentando por lo de siempre: por la ambición, la injusticia, la insolidaridad, el poder y el dinero.

Pedro Conde Soladana

elmunicipio.es ¿Cómo será España entonces y qué rol desempeñará  en el concierto de las Naciones?

Pedro Conde Soladana. ¡Qué momento actual de España para hacer esta pregunta! Porque ¿existe España?, o ¿qué España existe hoy? La única esperanza que le queda a esta demediada nación de nuestros amores son los españoles, los auténticos españoles que están dispuestos a todo por ella.

Para dar respuesta, pues, a su papel en el futuro no hay más remedio que trabajar con hipótesis, con futuribles. Desde luego, si no recuperamos la España que fue, la nación con voz propia en el concierto universal que escribió las más brillantes páginas de la Historia Universal, como el descubrimiento de América, la primera vuelta al mundo, etc., se cumplirá también y definitivamente para ella aquel ciclo vital de nacimiento, desarrollo y muerte. Sus restos, esas presuntas nacioncitas desgajadas de su anterior ser no serán más que pobres parias o enanos del circo universal.

Urge, pues, una revolución del máximo calado y consecuencias que devuelva a nuestra Patria el papel que le corresponde por el legado histórico que dejó en tierras y mares y que nadie le puede negar.

Primera, ineludible y sublime tarea: Limpiar España de esta inmundicia política que la anega. Después vendrán las otras.

elmunicipio.es Díganos dos medidas inmediatas que Vd. adoptaría para acabar con la corrupción y el despilfarro de los políticos.

Pedro Conde Soladana. ¿Con sólo dos medidas sería suficiente?

No voy a contestar a esta pregunta porque si digo lo que pienso, y yo siempre pienso lo que digo, las medidas para mí son tan radicales como pueda ser la acción del bisturí de un cirujano sobre un cuerpo invadido por una enfermedad con metástasis. Es más, ha llegado a tanto la enfermedad que otra solución y decisión, y desearía de todo corazón que la hubiera, llega tarde. La paciente está demasiado grave.

elmunicipio.es Sabemos que a Vd. le gusta la agricultura, díganos cómo vive hoy la España rural; qué dificultades tiene el campo español; qué les diría un joseantoniano  como Vd. a los agricultores españoles.

Pedro Conde Soladana. Desde luego el campo de hoy no tiene nada que ver con aquel de los segadores, el par de mulas o bueyes, los horarios de sol a sol, el acostarse a las once o doce de la noche y levantarse a las dos de la mañana para ir a acarrear la mies; aquella  la trilla, aventar el grano, sacar remolacha a mano con cinco o seis grados bajo cero, etc., etc.

Nací en un pueblo y no he perdido nunca el contacto ni con la naturaleza ni con quienes desde su profesión de campesino o labrador trabajan con y en ella. Para más identificación, desde niño oí aquello de que España era eminentemente agrícola y ganadera.

Todo ello me imbuyó de un amor al campo que ya nunca perderé. Pero más allá de estos amores bucólicos, la pregunta exige un contestación pragmática: social, productiva, económica, etc. No soy técnico en la materia y quizá mis mejores deseos para este sector de la economía desbordan la realidad.

En todo caso, diré que la agricultura de hoy exige un maridaje indisoluble con la ciencia y la técnica. Y como vínculo de unión de ese matrimonio, la investigación, el I+D, que la haga más productiva, más variada y salve a la tierra de una explotación y aniquilamiento que un día puede dejarla estéril. Aquí también como en todos los sectores económicos, juegan los intereses espurios; desde los abonos químicos inadaptados que buscan el beneficio inmediato aun a costa de la destrucción de la riqueza geológica de los suelos, hasta la devastación de terrenos como bosques para plantar productos que no les son propios.

Dejo en el aire la pregunta porque en el actual sistema capitalista todos los productos están sometidos a la sutil mano del especulador. ¿Cómo solucionar el viejo problema entre los costos de producción y el valor de los productos? ¿En la empresa cooperativa, en la comunal con sus propias redes de distribución? En esta pregunta subyace el desafío de una respuesta revolucionaria, la que está en la doctrina política que nosotros propugnamos.

Aquella propuesta de José Antonio en su reforma agraria, de la que creo fue Ramón Tamames quien dijo era la mejor que se había propuesto nunca en España, era acertada y equilibradora: devolver al bosque las tierras que le son propias por sus características y dedicar las productoras de ciclo anual a su óptima siembra. En definitiva, el estudio de los terrenos en sus calidades y características para producir el mejor producto.

En cuanto a la propiedad de la tierra, siempre dijimos aquello de que “la tierra para quien la trabaja”. Sigue siendo cierto. La tierra para el agricultor de vocación no de explotación. Porque ser agricultor es también una sublime y entusiasta vocación.

Mitin político de Falange Española de las JONS Auténtica. Presidiendo Pedro Conde Soladana.

elmunicipio.es Recomiéndenos un libro, una película, una ciudad, un vino, una canción, un poema y, ya que estamos, díganos tres personajes de la Historia de España a los que Vd. admire.

Pedro Conde Soladana. Este tipo de preguntas reduccionistas pero inevitables te causan siempre desasosiego porque la respuesta desborda la unidad numérica a que te obliga la pregunta. No obstante, me atengo a ella.

Un libro: el Quijote

Una película: Soy poco cinéfilo; no obstante, ésta: Becket

Una ciudad: ¡Uf!, ¡Uf!: Granada

Un vino: El de mi modesta y vieja viña que tiene unos cien años, uva albillo y tinta del país, a la que cultivo con mis manos, en el pago de Carrolagranja de mi pueblo.

Una canción: a mi edad ya,  la de “My Way”,  “A mi manera”, que procuro entonarla de vez en cuanto en reuniones familiares y en la bodega con los amigos para que no se me olvide el fin que cerca está.

Un poema: “Coplas a la muerte de mi padre”, de Jorge Manrique

Tres personajes: El Cid, dos en uno (Isabel y Fernando) y José Antonio Primo de Rivera.

elmunicipio. es Para terminar, elmuncipio.es le invita a mandar un mensaje a todos aquellos falangistas que militaron junto a Vd. en Falange Española de las JONS Auténtica. ¿Qué desea decirles?

Pedro Conde Soladana. Me figuro que siguiendo la ley inexorable del tiempo, en su caminar hacia la frontera de la eternidad, habrá algunos de aquellos camaradas que ya la hayan traspasado. Nada puedo decirles; sí, que rueguen al Dios y Juez Supremo por los que aún seguimos marchando hacia el paso de esa frontera. Pero que no le pidan otra cosa que la de hacernos mejores cada jornada para presentarnos ese día con las manos vacías de ambiciones pero limpias y llenas de justicia.

A los que quedamos ¿qué decirles? Que nada es vano en la vida cuando la intención en los actos fue buena. ¿A qué más podríamos aspirar si al llegar a las puertas de la eternidad oyéramos aquello de  “¡Bienaventurados los que luchan por la justicia!”, y nos encontráramos entre ellos.

Así que, por lo que nos quede a cada cual de vida, les aconsejaría que obráramos todos en consecuencia, con el único lamento de no haber tenido ni tiempo ni medios para hacer todo el bien que pudimos desde nuestra manera de ser y estar ante la vida.

Pedro Conde Soladana

Pedro Conde Soladana. Con el permiso de elmunicipio.es me permito añadir una reflexión: 29 de OCTUBRE.

He aquí una efeméride de cuya memoria es muy poca ya la proporción de españoles a los que dice algo. Si respondiera a un sondeo, seguro que representaría una minoría la de quienes conocen qué pasó ese día de octubre de 1933. Al resto, que es la mayoría, ni lo saben ni les interesa. ¡Qué pena!

En esa fecha, sin embargo, nació un movimiento español, síntesis y revulsivo de la Hispanidad como misión de destino de una Patria, que de haber triunfado, hoy España no sería la nación indigente que es y la comunidad de naciones hispanas que parió tendría una madre Patria, no una indolente y pordiosera madrastra, despreciada hasta por ellas mismas.

Pareciera que aquel movimiento por España, Una, Grande y Libre nació bajo el signo fatal de la tragedia griega. Sus fundadores, los mejores, cayeron segados por los fusiles en los paredones; parte de aquella juventud ardiente que los seguía, murió en las trincheras de una guerra civil en la que enfrente, algunos españoles que habían renunciado a serlo luchaban por un internacionalismo comunista negador de la historia y tradiciones nacionales; de los que sobrevivieron a esa guerra civil, otros muchos quedaron inertes por los mismos ideales, enterrados en las nieves de la monstruosa URRS; aquí en España, los sobrevivientes y más fieles a las esencias de aquel movimiento sufrieron la presión de las balas de plomo o de plata de una dictadura que parecía ser pero no podía ser falangista.

Hoy el panorama es desolador; con más grupúsculos azules que reinos de taifas en la España medieval; taifismo y babelismo, división y confusión de lenguas.

¡Cómo para celebrar conmemoraciones!

¡Y pensar que la Falange nació de las raíces del ser de España!

No obstante, sigamos sembrando la semilla de las buenas ideas con el estilo del buen sembrador.

De nuevo gracias Pedro; te emplazamos para seguir contando contigo en este portal joseantoniano, para preparar el terreno, para esparcir buen abono sobre él, para limpiarlo de las malas hierbas, para sembrar con las mejores semillas, para cuidar su crecimiento  y ofrecer el fruto a los que esten dispuestos a imitar la ética, el estilo, la actitud y el pensamiento socio-politico-espiritual, sustancial y auténtico de  José Antonio Primo de Rivera. !Arriba España!

Eduardo López Pascual entrevistado por elmunicipio.es (I Parte)

Eduardo López Pascual  nació en Baza (Granada) en 1939, y vive en Cieza (Murcia), en donde desarrolla una importante labor cultural. Es autor de obras de poesía y narrativa. Ha publicado “Versos proscritos”, “Raíces de vida inacabada”,” Hablando a la madrugada de estas cosas”, “Proceso a un hombre muerto” (sobre José  Antonio Primo de Rivera), “Los días que vinieron inexplicablemente”… entre otros libros.

Eduardo López Pascual que fue Secretario Nacional de Formación de Falange Española de las JONS Auténtica

en los años de la llamada transición española, dice de él mismo lo siguiente para elmunicipio.es:

Como procedente de las Centurias  de las Falanges Juveniles, integradas en el Frente de Juventudes, donde ingresé en 1950, hice los cursos de Jefes de falange, de Centuria y de Campamentos, me sentía inmerso en un destino político,  participando activamente de las inquietudes sociales más comprometidas de la época. Atraído por las palabras y consignas joseantonianas que aprendía en sus escuadras. Supe muy pronto de las contradicciones del Régimen franquista, de la distancia entre la España que publicaban y la realidad de nuestra sociedad: así que movido por la idea revolucionaria falangista (“Viva, viva, la revolución, viva viva, Falange de las JONS. Muera, muera el capital, viva, viva el Estado Sindical”), dibujaba mi verdadera conciencia política mientras accedí a Delegado Local de la Juventud. De ahí a los Cursos de Peñíscola, lugar y ocasión para promoción política, pero también para conocer los movimientos anti régimen (“Movimiento no, Falange Sí”). Indagué en la otra historia de Falange, la que  nunca estuvo con Franco, el testimonio del FENAL, donde conocí a Vicente Martínez Parra, abogado, y extraordinario precursor de  Falange Española de la JONS AUTÉNTICA,  Supe entonces de los sucesos en el País Vasco, con Varela de militar fiscal, las renuncias del Padre Llanos, el destierro de Narciso Perales, la valentía de Ridruejo,  las espaldas a Franco.

Buceé en los autores que  escribían sobre la Falange y sobre el Fundador, los Arce, Viñas, Preston, Sandoval, Bravo,  Gibson, Imatz, datos que me llenaban de frustración de una parte, y de deseo de encontrar la aspiración original de José Antonio, que yo ya cantaba de flecha en los hogares juveniles.- Cuando en 1976 apareció FE de las JONS (A), de la mano de Narciso Perales, de Miguel Hedilla, José Luis Arroyo Cruz, Jorge Juan Perales y Pedro Conde Soladana, entendí que había hallado por fin el instrumento político que estaba buscando durante todo un tiempo. En seguida interpreté las declaraciones de sus dirigentes, las acciones políticas, insólitas hasta entonces, su decidida posición al Régimen Franquista, su lenguaje social distinto al oficial, la renovación de los principios esencialmente nacional sindicalistas, fueron impulsos a mi convicción de que FE de las JONS (A) era el partido heredero de los discursos joseantonianos del 29 de octubre, del Cine Madrid, o del 5 de abril del 35,  la Revolución Española. Solo había que esperar el momento que llegó con motivo de una concentración en Alicante. Allí decidí dar el paso, y desde Cieza, donde agrupaba a medio centenar de falangistas tradicionales, solicité nuestra incorporación, que se produjo en 1977.

¿Qué recuerdos tiene de aquella militancia en F.E de las JONS Auténtica?

Eduardo López Pascual.   Para mí significó un tiempo de ilusiones políticas, en donde creí profundamente en que por fin se iba a recuperar el mensaje revolucionario de José Antonio, entendido en el sentido de que hablaba José Luis Aranguren “El deseo paulatino y permanente de querer cambiar las cosas”. . Y de hacer  posible el espíritu de Manuel Hedilla de que la Falange fuera la extensión del pueblo, o de que para siempre nos diferenciaran de un régimen político que nunca fue el nuestro (el franquista o Movimiento Nacional). De devolver a los españoles la aspiración a una patria, con pan y justicia. De ofrecerles el nacional sindicalismo auténtico. Y recuerdo con emoción las palabras de Narciso Perales, los desplantes de Miguel Hedilla, la presencia sobria y elegante de la Auténtica en Alicante o en las acciones electorales, el clima de camaradería en la Calle del Pez 21,  la difusión de los Patrias Sindicalistas, la inteligencia de Jorge Juan Perales, la cultura de Pepe Briz, y recuerdo como mucha gente, nos veía como los verdaderos falangistas. Jamás el falangismo tuvo mejor ambiente dentro y fuera del partido.

elmunicipio.es  ¿Qué significó para Ud. la ruptura interna de FE de las JONS A. y su posterior desaparición?

Eduardo López Pascual.   Es verdad que, como simple observador, tuve la sospecha de que nuestra ingenuidad podría ser después de  todo, otra vez, causa de ulteriores problemas. En los años previos al Congreso Nacional del 78, en la organización se habían admitido a gentes de mucha y variada procedencia. Existían diferencias de criterios, originadas precisamente por la falta de un análisis mínimo de la personalidad de nuestros afiliados. Vinieron de un lado y otro de la banda política, y tampoco se tenía una infraestructura consolidada, todavía perduraban síntomas extraños, y sin embargo continuaban ciertos tics perversos, sobre todo en seguridad. Los casos de Titúlcia y San Blas, fueron determinantes en la ruptura de la Auténtica y un tema como el de Málaga,  salpicó todo el proceso. Conceptos como “sindicalismo” y “Política”, no se supieron enlazar convenientemente. Y por último otra vez, la falta de disciplina organizativa, supuso una ruptura anunciada. De ahí su desaparición. El fracaso en las elecciones del 78, trajo una disolución previsible porque teníamos muchas cosas en contra. Los esfuerzos de Arroyo y el propio Narciso, no pudieron contrarrestar una imagen todavía falsificada. Para mí, aquello lo leí como el canto del cisne, al menos para mucho tiempo.

elmunicipio.es ¿Qué aportó la Auténtica al falangismo joseantoniano?

Eduardo López Pascual. Aquella experiencia tuvo entre otras cosas, una muy importante. Se pudo ofrecer al pueblo español, confundido por una propaganda totalitaria de 40 años, la imagen de una Falange que poco tenía que ver con el rostro autoritario y colaborador, cómplice, con un régimen de dictadura que, si bien podría entenderse en sus primeros meses, nunca debiera haber sido marco para una coreografía falangista que acompañara a los caciques y tiburones de siempre. Aportó también, o eso pienso, un estado de ilusión y de futuro para una generación de falangistas que vieron una luz de honestidad política y de fidelidad al mensaje nacional sindicalista joseantoniano. Por último, muchos  creímos que se abría una oportunidad para que nuestro ideario volviera a ser reconocido por nuestra sociedad y, también, aportó un posicionamiento estratégico de su política al reivindicar una Falange personalista, (rasgos de Mounier), situada en una izquierda nacional humanista, (influencia Cristiana), democrática.”La aspiración a una vida democrática, libre y apacible, será siempre el punto de mira de la ciencia política, por encima de toda moda” (José Antonio, Obras Completas)- Eso al menos es lo que procuré desde mi condición de Secretario Nacional de Formación. Llevó también a la conciencia falangista un sentido honesto y serio de reconciliación y convivencia. (Manuel Hedilla).

elmunicipio.es ¿Qué es ser joseantoniano?

Eduardo López Pascual. No es una pregunta sencilla porque cada uno tiene una imagen diferente del fundador de Falange Española. Sin embargo, y pretendo ser objetivo, ser joseantoniano es seguir los compromisos más singulares y originales de su doctrina política. Así, creer en la sustitución de las relaciones de trabajo, la instalación de una economía social, sindical con la distribución de las plus-valías generadas al propio trabajador: el personalismo intacto, o sea,  concebir al ser humano como un todo indivisible; el sentido auténtico de Patria y cultura, sublimar los valores del hombre y la mujer que condenen la codicia y el robo. Y rodeando todo, la firme voluntad de llevar a Falange a su propio destino. Una de las   causas que yo defendí desde mi incorporación a FEJONS A,  ambigüedad que hacía increíble al partido, como “partidos si, partidos no”  o “ni de derechas ni de izquierdas”, apostando – rigurosamente- por la apertura democrática y la ubicación en una izquierda política, española, humanista y personalista. Esta determinación más el uso de un lenguaje a ras de tierra y de tiempo, ayudaría a atender en serio al partido, Yo pienso que si creemos en esto, seremos joseantonianos. Y una cosa, importa, mantener el nombre, importa también luchar por  rechazar tanto al capitalismo como al materialismo histórico.

elmunicipio.es ¿Díganos su opinión personal sobre las parejas de nombres históricos que le proponemos?

-Francisco Franco Bahamonde  versus  José Antonio Primo de Rivera.

-Manuel  Fal Conde  versus  Manuel  Hedilla  Larrey

-Raimundo Fernández Cuesta  versus  Narciso Perales Herrero

Eduardo López Pascual.            

-Francisco Franco versus José Antonio.

Una incompatibilidad no superable en proyecto y en metodología que hacían imposible un acuerdo mínimo.

-Manuel Fal Conde versus Manuel Hedilla

Partían de conceptos muy distantes y distintos de lo que entendían por patria y derechos humanos, forma de Estado y organización territorial. Pudieron compartir intereses generales, pero de difícil aplicación. Ambos mostraron coherencia política y personal.

-Raimundo Fez. Cuesta versus Narciso Perales.

No hay color. El primero representó siempre la sumisión al poder fáctico y económico, desde una derechona emboscada, en tanto que Narciso, llevando la línea de Manuel Hedilla, de Lamberto de los Santos, Ezquer, de Vicente Cadenas, vivió desde el principio su persecución, destierro, ninguneo y abandono de un Estado que no creía en la Falange ni en el discurso de José Antonio Primo de Rivera.

elmunicipio.es agradece a Eduardo López Pascual su total disponibilidad ante nuestra llamada para esta entrevista. Pronto publicaremos la II parte en la que “hablaremos de poesia” de “literatura” de “democracia” de “totalitarismo” de “historia” y una vez más sobre José Antonio Primo de Rivera y su doctrina falangista.

Eduardo López Pascual entrevistado por elmunicipio.es (II Parte)

Hablemos de poesía, Don Eduardo.

elmunicipio.es: ¿Qué tiene de poético el pensamiento joseantoniano?

Eduardo López Pascual: Todos los movimientos importantes de la acción política, transformaciones o revoluciones, han tenido

desde siempre un componente poético que es natural con quienes pretenden traer un mundo mejor,

por muy erradas que sean sus convicciones. Un repaso a la literatura universal, en Francia, Alemania, Inglaterra, o los EE.UU., con sus poetas y músicos de raíz europea, han envuelto en emociones, en sentimientos, en creaciones, el impulso transformador de sus pueblos. Y los políticos, pensemos en Erembug, ruso, o en Gramsci, italiano, ¡A la revolución por la cultura!, o en  Leni Riefenstahl,  alemana, ¡Viva el cine documental ¡ otorgaron capacidad y alma a las nuevas reconquistas populares. De nuestra parte, José Antonio ya dijo en el principio que “a los pueblos solo los mueven los poetas”. Y ahí toda la conexión  poética de la Falange; la poesía siempre ha traído al hombre  revolucionario la exaltación de la causa, nobleza en la acción, destinos de belleza y de paz, y también- cómo no-, fe en la idea, valoren la revuelta, palabras en el frente. Es connatural con la sensibilidad de los hombres y las ideas, de manera que Falange tenía que poseer una base épica y ética creada por el verso. Y vivieron los Rosales, los Paneros, los Castroviejos, los Alfaro, Ridruejo, Miquelarena, de la primera época azul, que más tarde el profesor Mainer, alía como los protagonistas de Falange y Literatura. Más tarde, el mensaje audaz y novísimo de José Antonio consigue el fervor de otros poetas de talla reconocida, y aparecen Miguel Argaya, Alfonso López Gradoli, Antonio Carlos Gonzaléz, sin olvidar los precedentes de  García Serrano, Ángel María Pascual o Félix Ros. Era la respuesta de una literatura formal y cabal alrededor de la cosmovisión falangista. Era un universo de poetas, como tan bien señala el historiador falangista José María G. de Tuñón Aza en su libro “José Antonio y los poetas”.

Claro que la Falange, como el mismo José Antonio, autor inédito y desconocido como poeta, que cultivaba el verso y admiraba a Federico García Lorca, y a los machados, y quizás hubiera tenido ocasión de tender el poema y la mano, a un enorme poeta como  Miguel Hernández. José Antonio, creador del personaje de Alarico  Alfós,  muestra  así su más honda percepción del hombre, de la persona, y es quizá  salida natural a una vocación revolucionaria; Yo, tampoco puedo eludir mi condición de poeta (aficionado) pero poeta con una docena de títulos ya publicados, haya aunado verso y revolución como otros  aliaron religión y política (Padre José María Llanos) o Pancho Cossío y Ponce de León hicieran de su pintura y su ideología, un destino común y comprometido. A la Falange se llegó o llegaron por la poesía, o por la reflexión intelectual.

elmunicipio.es: ¿Se pueden encontrar huellas de la poesía mística española en el pensamiento de José Antonio?

Eduardo López Pascual: Siempre es complicado buscar coincidencias místicas entre personajes de la política y de la más pura conciencia religiosa, pero creo que por la personalidad de José Antonio, su sentido de la ética, su cosmovisión de la vida en donde  sacrificio, ideal, hermandad o consumición por un destino personal, nos acerca a una relación auténtica entre la actitud absoluta del primer falangista y una conciencia mística. Si alguien desvela las profundidades de su Testamento,  puede observar el sentido moral que da a su propia existencia. Cuando alguien prevé su misma muerte con la dignidad, con la aceptación y la sensación de que formaba parte de su destino, no es de extrañar darle un valor místico a toda su realidad personal. Luego, el sentido superior que otorga a una misión que entiende irreversible, confiesa desde mi punto de vista la señal,  o marca, de una interpretación trascendente de la vida.

Se podrían citar momentos y frases donde en José Antonio se intuye ya una visión extraordinaria y poética, seguramente desde sus palabras ante el asesinato de Matías Montero, que personalmente entiendo como muy cercanas al discurso profético de Santa Teresa, al ofrecer sus días al servicio de una causa, que es en Santa Teresa, a Dios.

elmunicipio.es: ¿Ve Ud. a José Antonio Primo de Rivera como un “caudillo fascista dictador y totalitario”?

Eduardo López Pascual: Me parece que a estas alturas de la historia, nadie, ningún estudioso de la Falange  llegaría a asimilar a  José Antonio Primo de Rivera como un personaje fascista. Hoy no habría un solo biógrafo serio, que acusara al fundador falangista como representante de ningún fascio, como en los años de la Transición española podría darse, en razón seguramente del oportunismo político. Es verdad que algún aprendiz de historiador, ¿Gil Pecharromán?, expondría con gusto su anatema, pero todos saben ya que quedaría permanentemente devaluado. No hace falta recurrir a lo que escriben autores de la talla de Arnauz Imatz, Carlos de Arce, Ian Gibson, Stanley Payne, y tantos historiadores que han optado por la objetividad y la verdad; no hace falta. Más aún cuando simplemente con ofrecer aquí la opinión de gentes nada sospechosa como Abad de Santillán, Mercedes Salisachs, Durruti, Álvarez Puga, Julio Anguita. (El, por formación tiene un talante liberal personal…Azorín. “Su leyenda de hombre magnífico-” Bergamín, Raimond Carr, y un infinito de testimonios.  Para mí, José Antonio, un hombre que decía del hombre ser portador de valores eternos, no podía ser nunca un fascista; José Antonio, un hombre que creía en la verdad del humanismo cristiano, no aceptaría jamás le acusación Nieztcheriana de considerar al cristianismo como un motivo de debilidad de los hombres. Un hombre que aspiraba a la integridad, dignidad y libertad de la persona no podría estar junto a ideologías totalitarias. Esas reflexiones, que me hice desde mis tiempos de Centuria, razonaban mi condición falangista. Teresa León, ya decía de él, “Ese  joven, elegante, aquel soldado que yo nunca más volví a ver”. ¿Fue una equivocación?.. No, José Antonio Primo de Rivera no tenía ni formas ni fondo de Fascista.

elmunicipio.es: Ud. se presenta como un demócrata joseantoniano

¿Son compatibles la democracia y el pensamiento de José Antonio Primo de Rivera?

Eduardo López Pascual: Personalmente aprendí a diferenciar los regímenes totalitarios de las Democracias, y dentro de esta generalidad, algunos aspectos de determinadas formas de gobernar Democracia llamaban los griegos a su estructura social y sabemos que la limitaban, y así los romanos, y solo hasta que llegó la revolución francesa podemos hablar de una democracia real o gobierno del pueblo para el pueblo. En este sentido José Antonio, antes de fundar Falange Española, ya dejó escrito que “la aspiración de los pueblos a una vida democrática libre y apacible”, me daba la pista de mi aceptación falangista. De manera que las alusiones a una sociedad sin partidos, por ejemplo, las incluía en el contexto político de los años posteriores a la República del 31. Después, el análisis del contenido ideológico de la Falange, me demostraba el carácter progresivo del sistema joseantoniano, algo que el profesor de Filosofía del Derecho, Alberto Montoro, me ofrecía en un estudio magnífico sobre la contemplación de los partidos políticos, que con toda lógica, me confirmaba en mi impresión de apertura intelectual y doctrinaria que emanaba el mensaje de José Antonio. Desde mi punto de vista, esa fue otra parcela intelectual que yo quise llevar a la Falange Española de las JONS Auténtica. Por lo tanto, superada intelectualmente la dicotomía de Partidos, y la versión demócrata de la acción política, no tengo duda alguna de mi convencimiento y mi lucha por la democracia, sin apellidos, y desde luego, abierto a su posible y a veces necesario perfeccionamiento.

Y claro que son absolutamente compatibles. Es más, no estaría ni un segundo en algún partido, movimiento u organización que no asumiera la Democracia, como vía e instrumento legal para la convivencia de cualquier sociedad. En José Antonio, había un deseo implícito de alcanzar una sociedad más participativa, más consciente de sus necesidades políticas, y fue – en años del frentepopulismo, una llamada a corregir un sistema contaminado por la violencia y las ambiciones partidarias,  pero su talante y formación de jurista apelaba a una democracia auténtica. Una de las pruebas más sinceras de este pensamiento, es que a las puertas de su muerte, alicante 1936, proponía un Gobierno Nacional, asistido de todas las fuerzas políticas de entonces. Y no hay más verdad que en el momento de la muerte.

elmunicipio.es: España debilitada como Nación, cautivo el Estado español de los poderes extranjeros, ausente el proyecto de Patria que una en libertad a los hombres de España en una empresa de destino grande para la humanidad. ¿Dónde está hoy España? ¿Dónde moran los españoles? Don Eduardo.

Eduardo López Pascual: Ocurre en este sentido que la sociedad española se ha alejado mucho de su propio sentido histórico. Quizá nosotros, los falangistas, hayamos abdicado de nuestra responsabilidad como pueblo y como mensajeros de una forma de ser, y no hemos contribuido a renovar la aspiración de una patria con más libertad y justicia. Para mí, otra causa de la desafección que sentimos, es que pocas veces, casi ninguna, Falange ha estado junto al que sufría presión, marginación, injusticia, o sea, sufrir al lado de nuestros hombres y mujeres, razón para un abandono paulatino y sucesivo de nuestros compatriotas. No hemos estado en las cárceles con ellos, no hemos estado en las luchas obreras, estudiantiles, sociales, como lo han hecho otros, y eso al final, y además manteniendo un lenguaje pasado, nos han conducido a la más dura intemperie. Quizá, cuando reconquistemos el auténtico discurso falangista joseantoniano, cuando pongamos en valor el mensaje de José Antonio, nuestra patria volverá a ser el proyecto alegre de una España mejor.

elmunicipio.es: Agradece a Eduardo López Pascual la camaradería con la que nos ha acogido y sobre todo por sus palabras de ánimo a elmunicipio.es para seguir difundiendo el pensamiento de José Antonio Primo de Rivera y su auténtica memoria histórica. 

Eduardo López Pascual: Gracias a vosotros y sabed que contais conmigo siempre. 

“No, José Antonio Primo de Rivera no tenía ni formas ni fondo de Fascista”. (Eduardo López Pascual)

“Se podrían citar momentos y frases donde en José Antonio se intuye ya una visión extraordinaria y poética, seguramente desde sus palabras ante el asesinato de Matías Montero, que personalmente entiendo como muy cercanas al discurso profético de Santa Teresa, al ofrecer sus días al servicio de una causa, que es en Santa Teresa, a Dios”. (Eduardo López Pascual)

Gente Diferente. Entrevista de Aisha Jalaf a Pérez Bencomo

Pérez Bencomo, secretario general de Falange Auténtica:

se han fabricando generaciones de independentistas, se ha programado a las personas para odiar a España”

Acudo a la entrevista pensando quién puede seguir siendo falangista a estas alturas. Espero encontrarme algún tipo bravucón de pelo engominado, o algún cavernícola reivindicando su lugar en el museo de las ciencias. Hace frío, tengo prisa y para nada me seduce la cita. Pero los deseos de mi director son órdenes para mí, así que

me dispongo a ser la periodista objetiva que hace su trabajo con profesionalidad tanto cuando le apasiona el personaje a entrevistar como cuando le repulsa. Y más, si cabe, comenzando con este interviú mis colaboraciones para Valencia Opinión.

Llego al lugar convenido, una cafetería tranquila en un hotel impersonal de la ciudad de Valencia ahora todos los hoteles parecen iguales, debe ser algo así como la globalización del minimalismo. Pregunto por Antonio Pérez Bencomo y de inmediato percibo la primera sorpresa. El fulano en cuestión es un tipo joven (después me entero que roza ya, pese a que no lo aparenta, la cincuentena), tiene buena planta: vamos, que no está nada mal. Nada más saludarle me transmite “buen rollo”. Una alopecia precoz, coquetamente estimulada con el afeitado completo de la cabeza, barba cuidada de cuatro o cinco días, ojos castaños, un dulce acento canario que engancha y una galantería impropia en estos tiempos en que nos ha tocado vivir. Me ayuda a quitarme el abrigo y espera a que tome asiento ¡un caballero como los de antes, de estos señores ya no quedan!, me digo. Se acerca el camarero. Yo pido un agua y él un café sólo, sin azúcar, cortito y bien cargado. Repaso mentalmente un par de frases de José Antonio Primo de Rivera que he aprendido para impresionar a mi entrevistado: estas cosas suelen dar sensación de que estás puesta en el tema aunque no tengas ni remota idea. Saco mi bloc de notas, pongo a trabajar a mi magnetófono y me dispongo a empezar la entrevista con el secretario general de Falange Auténtica: ¡ahí es nada!

– Señor Pérez Bencomo, ¿cómo ve la actual situación política de España?

Complicada. La grave crisis que padece nuestro país es la consecuencia de las políticas neoliberales que se han venido aplicando durante las últimas décadas y que, recientemente, se han acentuado aún más. No se gobierna a favor de las personas, estimulando la inversión, el trabajo dentro de un marco de justicia laboral o el gasto público aplicado a la corrección de las desigualdades sociales. El esfuerzo para salir de la crisis se ha hecho recaer en la clase media trabajadora y, por el contrario, los especuladores se han ido de rositas y el Gobierno no ha hecho nada para proteger a los ciudadanos de las malas praxis de los bancos.

–  Las últimas encuestas apuntan al final del bipartidismo. ¿Será bueno para España o generará mayor incertidumbre política?, ¿generará un nuevo escenario multipartidista una situación de ingobernabilidad?

El bipartidismo ha sido malo porque ha propiciado que una casta política totalmente alejada de la España real, se ha incautado de las instituciones hasta haberlas patrimonializado y generando unas formas de gobernar más parecidas al viejo caciquismo del periodo histórico de La Restauración que a una sociedad moderna del siglo XXI. Si a esto añadimos que la crisis ha propiciado que el alejamiento de la política de amplios sectores de la población se haya tornado en indignación hacia los viejos partidos, el escenario está preparado para un cambio en la correlación de fuerzas con la irrupción de nuevas opciones.

A Falange Auténtica no nos asusta un nuevo escenario político si sirve para poner en cuestión el actual sistema, más preocupado por mantener privilegios y de los balances de resultados que de las personas. Lo que ocurre es que somos escépticos con respecto a las opciones emergentes. Creemos que, además de las medidas de regeneración democrática que algunas de estas fuerzas anuncian, habría que replantearse la propia estructura política y territorial del Estado y propiciar una alternativa económica basada en la justicia social, la igualdad de oportunidades y el fomento de la riqueza nacional

– ¿Está de verdad en peligro la unidad territorial de España?, ¿qué opina del actual marco autonómico?, ¿debería reformarse?, ¿cuál debiera ser su configuración?

La Unidad política de España está en serio peligro como consecuencia de que el Estado, por el interés egoísta de los partidos que se han ido turnando en los sucesivos gobiernos centrales, ha ido minimizando su presencia y obligaciones en aquellas comunidades autónomas con fuerte presencia de partidos nacionalistas (independentistas) y, por tanto, desleales con España.

Lo que los nacionalistas  han llamado “proceso de construcción nacional” no ha sido otra cosa que ir imponiendo sus políticas, tesis y discursos en los ámbitos territoriales que controlan, laminando a quienes se les oponían y todo ello con la indispensable colaboración de quienes estaban en La Moncloa que, reitero que por conveniencia política, no han hecho nada para evitarlo.

Así se han ido fabricando generaciones no sólo de independentistas, sino de personas a las que se ha programado para odiar a España.

Las comunidades autónomas, frutos del imperfecto proceso de descentralización política y administrativa que contempla la vigente Constitución, suponen una sangría económica que España no puede soportar. ¡Diecisiete gobiernos, parlamentos, administraciones, tribunales superiores, consejos consultivos, audiencias de cuentas, defensores del pueblo, con sus asesores, cargos de confianza, de libre designación…!

Este sistema ha propiciado la ruptura del mercado nacional, el que haya inflación legislativa con una maraña de normas muchas veces contradictorias entre sí y que los españoles hayan dejado de ser iguales a la hora de tener acceso a derechos básicos como sanidad, educación, asuntos sociales o justicia. Y todo esto a costa del trabajo y el esfuerzo fiscal de los españoles que no pueden disfrutar de unos servicios públicos de calidad como la educación, sanidad, los servicios sociales o una justicia eficiente, porque gran parte de  los recursos de todos están comprometidos en mantener a todos esos parásitos que viven mucho mejor de lo que merecen, agazapados en los aledaños del poder.

En Falange Auténtica somos partidarios de terminar con esto y reorganizar el Estado centralizando las políticas esenciales, que a los derechos de los ciudadanos en un marco nacional de igualdad y propiciando una descentralización administrativa efectiva, que es la que realmente interesa a los españoles.

Y pensamos que, con quienes muestran su manifiesta intención de romper España, no se puede pactar ni negociar nada.

– ¿Pueden ser los partidos tradicionales quienes acometan una regeneración política, moral y legal de la vida pública española?

Creo que no, su crédito se ha agotado y a los hechos me remito. Otra cosa es que tuvieran voluntad real de hacerlo y abrieran sus puertas a la democracia interna, la transparencia y a la eliminación de malas prácticas y elementos indeseables que se han parapetado entre sus filas.

En Falange Auténtica concebimos la política como una actividad para servir a España y a sus gentes y no como un medio para servirse de ellas. Por eso no confiamos en los partidos del sistema.

– ¿Cómo valora la actual situación de la justicia?, ¿funciona la separación de poderes?, ¿qué debería hacerse al respecto?

Una de las principales lacras del sistema político español es que el poder judicial no es tal, porque depende de los partidos políticos y del juego de mayorías reflejado en el Parlamento. Cada vez que oigo etiquetar a tal o cual juez de progresista o conservador me dan nauseas porque creo que, como justiciable, lo que me interesa es el mérito y la profesionalidad del juzgador y no el que ocupe tal o cual cargo a consecuencia de su ideología.

Esta anomalía ha provocado que el Pueblo español no confíe en la justicia y que ésta sea lenta e ineficaz, habida cuenta que a sus controladores no les interesa ser controlados.

La solución pasaría por garantizar por ley su independencia, manteniéndolo ajeno de cualquier injerencia política. Incluyendo la supresión del Tribunal Constitucional, convertido de facto en una tercera cámara legislativa, y el traspaso de sus funciones a una sala de lo constitucional del Tribunal Supremo, integrada por jueces profesionales.

– La percepción de la ciudadanía es de una corrupción generalizada, ¿dónde puede desembocar esta situación?

Y la ciudadanía tiene razón porque extraña es la semana que no salta un vaso de corrupción y la percepción que se tiene es la de impunidad a causa de la politización de la justicia, los privilegios de la Casta a la hora de ser juzgados y la exasperante lentitud de la administración judicial.

Todo ello ha generado una deslegitimación de los responsables políticos ante la ciudadanía y una pérdida de prestigio de las instituciones. Los partidos más importantes, con su actitud de proteger a los corruptos propios mientras atacan a los del rival, se lo han buscado.

– Y ante este escenario, ¿aún existe espacio político para la Falange en la España del siglo XXI?, ¿qué lugar reivindican ustedes en la política actual?

Políticas como las que proponemos desde Falange Auténtica basadas en la defensa de la justicia social, el estado del bienestar, el papel del Estado como corrector de las injusticias sociales y garante de la igualdad de oportunidades, el fomento de una economía productiva basada en el empleo de calidad y el diseño de un marco en el que las PYMES, los autónomos y las empresas sociales puedan desarrollar su actividad sin la presión fiscal desmedida que soportan actualmente, la educación, investigación e innovación de ella resultante, como factores de desarrollo y crecimiento económico,  no sólo son posibles sin  que cada vez resultan más necesarias para salir de esta crisis. Y para ello necesitamos un cambio no sólo de gobierno sino de modelo.

Falange Auténtica, por el tipo de políticas que defiende, se sitúa en el espacio de aquellas opciones que postulan la justicia social, la regeneración democrática y la unidad del proyecto común español, todo ello teniendo como referente a la persona como eje en torno al cual han de girar todas las políticas.

– Los españoles valoran a José Antonio Primo de Rivera como a uno de los políticos más honrados de toda la historia de España, Cómo se explica, entonces, que los falangistas estén tan mal vistos por la ciudadanía?

José Antonio Primo de Rivera es, sin duda,  uno de los políticos españoles contemporáneos más importantes, tanto por el enorme calado de su pensamiento como por la ejemplar  limpieza de su comportamiento. Es lógico, por tanto, que muchas personas, dentro y fuera de España, se sientan atraídos por su figura, aún cuando ha sufrido una enorme tergiversación desde todos los lados del espectro ideológico que se ha ido disipando a medida que se va conociendo de verdad al personaje.

Es alentador ver como cada vez más se habla y estudia más su vida y obra.

En cuanto a nosotros, considero que ha habido un muro de silencio y brutal tergiversación acerca de quiénes somos y que queremos. Quien se acerca a Falange Auténtica, quien desprovisto de sectarismo  estudia nuestro programa político, se lleva una sorpresa cuando comprueba que no somos lo que se dice que somos e incluso no son pocos los que terminan simpatizando con nuestros planteamientos.

– ¿Tienen ustedes alguna posibilidad de futuro?, ¿es cierto que están “reinventándose”?, ¿estaría preparándose un “Podemos falangista” en la sombra?

El futuro no está escrito y los fundamentos sobre los que se asienta el régimen político español, surgido de la Transición del 78, están cada vez más en tela de juicio. El falangismo que represento, el falangismo de Falange Auténtica lleva reinventándose desde finales de los años 60 del siglo pasado y el esfuerzo, con más o menos éxito en cuanto a sus resultados, ha sido enorme en condiciones muy difíciles.

No existe ese Podemos falangista del que usted habla.

Lo que hay, al menos desde Falange Auténtica, es un esfuerzo continuado para edificar un proyecto que reúna las condiciones necesarias para ofrecer al pueblo español esa alternativa democrática, patriótica y social en la que creemos. Si los falangistas somos capaces de reformular nuestros planteamientos con imaginación y frescura, una parte de nuestros compatriotas nos apoyará sin problemas.

Nuestra presencia en las próximas elecciones locales se hará en función de las estrategias de nuestros núcleos municipales. Consideramos que los ayuntamientos son las administraciones más próximas a los ciudadanos y donde se desarrolla la democracia desde la base, por ello concurriremos con nuestro propio nombre, dentro de candidaturas más amplias o incluso, apoyando a opciones con las que tengamos coincidencia en principios y programas.

– ¿Qué tiene de actual el mensaje de José Antonio?

Bastantes cosas y la situación política nacional le está dando la razón en muchos de sus argumentos.

José Antonio fue un gran patriota que formuló un patriotismo riguroso y serio que, para ser viable, iba enlazado a la defensa de la justicia social, la preocupación por los sectores sociales más débiles y la consideración de la dignidad humana como base de cualquier política.

A todo ello añadió su ejemplo personal de honestidad y consecuencia con las ideas que defendió. Para él la política era un servicio a la patria y eso lo llevó hasta las últimas consecuencias, porque sabía el riesgo que corría y se sacrificó por aquellos a los que defendía, que eran los sectores más humildes de la población española de su tiempo.

Hoy vemos como el capitalismo es cada vez más salvaje y especulativo, pasando por encima de la dignidad de las personas. El trabajo ha perdido su consideración como factor esencial en el proceso productivo, la unidad nacional es cuestionada y la clase política se aprovecha de sus cargos para lucrarse, sin importarles el bienestar del pueblo al que deben servir.

Ante todo este panorama, José Antonio está más vigente que nunca y muchas de sus ideas han de servir de sustento  a los programas políticos que nos saquen de esta terrible situación.

– No me venga a estas alturas con el cuento de que no son de izquierdas ni de derechas por favor, defínase, ¿dónde se sitúa Antonio Pérez Bencomo?, ¿cuál es el espacio político de Falange Auténtica?

Pues sí, desde el respeto a las otras opciones políticas y a quienes creen en ellas, ni soy de izquierdas ni tampoco de derechas. Y eso es así porque considero a ambas opciones superadas por la aquella en la que creo, que es el nacionalsindicalismo.

Nuestro espacio político es lo que hemos denominado el patriotismo democrático y social que, en consecuencia con nuestras convicciones falangistas, se sustenta en tres pilares: defensa de la unidad nacional desde el reconocimiento a las especificidades de los pueblos de España, defensa de la justicia social y defensa de la dignidad humana. Y todo ello desarrollado, por su puesto, en un marco de democracia políticaLa entrevista ha terminado. Nada que ver con lo que yo hubiera pensado. El tiempo ha pasado volando en agradable plática con un hombre cálido, inteligente y tolerante, máximo dirigente de una Falange Auténtica que ni viste la “camisa azul”, ni canta el “cara el sol”. Nos despedimos sin que quede rastro alguno del “yugo y las flechas” pero atraída por tanta propuesta joseantoniana para la España triste y difícil de estos primeros quince años del siglo XXI. Salgo a la calle. Ha dejado de llover. Me voy con otra idea sobre los falangistas al menos con otra idea sobre los falangistas a los que representa este Pérez Bencomo al que le brillan los ojos cuando habla de José Antonio. Ha salido el sol y un arco iris precioso se dibuja sobre el cielo infinito de Valencia. Ando de prisa pero una sensación fugaz hace que me detenga entre divertida y pasmada… ¡Vaya, estoy caminando “cara al sol”! Entrevista publicada en:
https://www.valenciaopinion.es/gente-diferente-entrevista-de-aisha-jalaf-a-perez-bencomo

Entrevista a Jesús Cotta

Entrevista a Jesús Cotta

Entrevistamos al autor francés Arnaud Imatz

«La memoria está relacionada con el mundo de las pasiones y las emociones. La historia es, evidentemente, otra cosa; trata de objetivizar hechos»

Entrevistamos al autor francés Arnaud Imatz. Hispanista de vocación -historiador, doctor en Ciencias Políticas, diplomado en Derecho y Ciencias Económicas-, acaba de publicar en Áltera su última obra, ‘José Antonio: entre odio y amor’, en la que no sólo repasa la trayectoria vital e intelectual del fundador de Falange, sino que se aventura a través del franquismo y la primera transición a lomos de las distintas corrientes nacional-sindicalistas .A lo largo de más de 600 páginas -y una treintena de fotografías-, dos propósitos metodológicos esenciales vertebran el volumen: un tratamiento desapasionado del objeto de estudio y una pulsión contextualizadora. Profundo, prolijo y cuidado, el texto retrata tan singular conocimiento del biografiado que ha merecido los elogios de Juan Velarde –prologuista del volumen- o de Ricardo de la Cierva.

Usted juzga a la Falange como una ideología construida sobre una mixtura de tradición y modernidad. Más que propiamente fascista, la Falange sería un movimiento de Tercera Vía que coexistiría con el fascismo, un fascismo que representa para usted la versión radical de ese posicionamiento en una determinada época histórica.

En efecto, así es. El fascismo es un posicionamiento muy concreto en una época histórica muy concreta. Las posiciones de tercera vía, expresadas como propuestas distintas del liberalismo y del marxismo, son anteriores, simultáneas y posteriores al fascismo. El planteamiento de José Antonio es mucho más clásico, y rebasa los límites temporales a los que se halla constreñido el fascismo. 

En su época, en su tiempo histórico, es posible que la Falange fuera percibida por aquellos que se acercaban a ella como el fascismo; en ese sentido, hizo las veces de un fascismo español. Pero ¿cuánta gente conoce el marxismo? Y, sin embargo, muchos se hacen comunistas porque creen que, de esta manera, todos vamos a ser iguales, etc…es decir, sostienen ideas muy elementales, sin conocimiento de la doctrina. Con la formulación joseantoniana sucede lo mismo. Pero no quiere decir que ese fuese el pensamiento de José Antonio, exactamente.

Por otro lado, el término fascismo significa bien poco, tanto por la imposibilidad de definirlo como por el hecho de que se ha convertido en sinónimo de violencia y dictadura desde que la Komintern puso en circulación esta versión del vocablo. Los autores más serios señalan las enormes diferencias entre el fascismo, el nacionalsocialismo y otro tipo de movimientos de tercera vía como para incluirlos a todos bajo un mismo epígrafe. 

¿Cómo definiría el propósito esencial de José Antonio, ideológicamente? 

José Antonio construye su edificio sobre dos pilares básicos. 

De un lado, la persona es el eje de su doctrina, por encima de otras consideraciones. Según esto, se le puede relacionar fácilmente con el personalismo cristiano de Mounier (quien, por otro lado, no ocultó una cierta fascinación por Mussolini hasta 1934). La matriz católica de José Antonio es decisiva, y este es otro factor que lo aleja del fascismo y del hegelianismo; no digamos nada del racismo alemán. Basta con leer su testamento y conocer su comportamiento ante el tribunal que lo condenó a muerte, para reparar en que existe una extraordinaria coherencia entre el pensamiento y las actitudes en José Antonio. Tal coherencia es algo verdaderamente infrecuente. 

Su otro propósito básico viene representado por la síntesis que trató de hacer de distintos posicionamientos, como derecha-izquierda, universalismo-particularismo, individualismo-comunitarismo…

Usted hace especial hincapié en el contexto histórico. 

Esto es muy importante; si aislamos la figura de José Antonio de su época, podemos hacer de él lo que queramos, pero teniendo en cuenta su tiempo, vemos que determinadas actitudes y posicionamientos eran más comunes de lo que, quizá, hoy estemos dispuestos a admitir. 

Por ejemplo, Mussolini ¿Cuántos hombres públicos de su tiempo no le dedicaron alabanzas, elogios y le ponderaron como un gran personaje? Churchill fue uno de ellos ¿era Churchill, por eso, fascista? 

Cuando yo llegué a España, allá por el año 75, encontré algunos libros en la Cuesta de Moyano (Madrid) sobre la figura de José Antonio o sobre la Falange –estoy pensando en Southworth- que no se correspondían con los textos que figuran en las Obras Completas del fundador de Falange. Aquello me llamó mucho la atención. 

He de reconocer que, en principio, no me atraía nada de este asunto (estaba ocupado por entonces con las informaciones de los medios de comunicación españoles de aquella etapa) e incluso admito que empecé a tratarlo con prejuicios. 

La lectura de los originales -de lo que había dicho y escrito José Antonio-, me dio otra perspectiva bien distinta. 

Ha hablado usted de los aspectos que podríamos conceptuar como positivos de José Antonio. Díganos algo de lo que, a su juicio, pudiera ser más insostenible de su pensamiento. 

Señalaría dos cosas. De una parte, su análisis marxista de la plusvalía del trabajo asalariado. No tuvo en cuenta la transformación tecnológica aunque, desde luego, no fue el único en omitir este factor, que se venía apuntando desde hacía bastantes décadas; pero, por lo que fuera, no pesó en su visión de las cosas. 

De otro lado, su tendencia orteguiana le llevó a subrayar el papel de las elites, lo que le aleja de conceptos democráticos, en cierta forma. Aquí, sin embargo, hay que hacer la precisión de que, ese carácter aristocratizante de la dirección política, representa lo contrario de lo que suele suponerse. Para José Antonio, lo que define a la elite es su capacidad de renuncia; el mando no es un privilegio, sino una carga. Por lo tanto, es algo que hay que matizar con sumo cuidado. 

En su libro, usted señala que la diferencia entre José Antonio y Ramiro Ledesma viene básicamente marcada por el hecho de que el primero pretende una revolución de arriba abajo mientras Ledesma invierte el sentido del proceso revolucionario. Pero sostiene que el objetivo era el mismo. 

Si. Es curioso que, siendo de formación intelectual Ramiro Ledesma, estuviera mucho más dispuesto a las afirmaciones rotundas que un José Antonio considerablemente más dubitativo. En Ledesma, el radicalismo era cosa natural, consustancial; en José Antonio, contradecía su propia naturaleza, y hubo de forzarse en este sentido, violentando su propio ser. 

Más que una identidad de finalidades políticas, deberíamos precisar que tanto el uno como el otro cifraban en el regeneracionismo sus objetivos. 

JOSÉ ANTONIO EN 2006

¿Qué queda de José Antonio, hoy? 

Aún quedan muchas cosas interesantes. Mucho de su pensamiento sigue vivo. Yo destacaría tanto el humanismo personalista cristiano como el cívico-cultural. El profundo sentido católico de José Antonio está presente en todo su pensamiento, y eso es trascendente. 

En cuanto a la persona, subrayaría la manera de ser; eso que plasmó en su obra política y que le representa como un hombre de una tremenda coherencia. Una hombría innegable y un gran corazón. 

Resulta inevitable preguntarle por la memoria histórica ¿Qué opinión le merece todo lo que está sucediendo en España a este respecto? 

Es un disparate. En primer lugar, hay que abundar en que la memoria y la historia no son lo mismo. La memoria está relacionada con el mundo de las pasiones y las emociones. La historia es, evidentemente, otra cosa; trata de objetivizar hechos. 

Me remitiré a la experiencia francesa. En mi país, los políticos han legislado sobre tal número de cuestiones que, en este momento, hay intelectuales recogiendo firmas para que dejen de hacerlo. No es sólo lo relacionado con la II Guerra Mundial, sino recientemente con el genocidio armenio y la trata de negros. 

La tolerancia no tiene relación con las ideas; estas, afirman o niegan, pero no son tolerantes en sí mismas. La tolerancia no es una idea, entonces; es una actitud. 

Durante la transición, el propósito no fue tapar nada, sino dejar la Historia para los historiadores, sin convertirla en arma política. Ese afán de reconciliación fue lo mejor que aportó la transición española y lo que la hizo posible.

Entrevista con Ceferino L. Maestú Barrio

En “La vida que viví con los demás, dice de sí mismo:

«-Yo he estado peleando y luchando por un ideal. Con los trabajadores, desde el mundo sindical, con las organizaciones católicas.. con todo el que he podido y nunca he renunciado a mis convicciones, yo he sido falangista,

no lo soy actualmente porque la Falange no existe y lo que están pretendiendo hacer con la Falange ahora, eso no es la Falange de José Antonio Primo de Rivera, eso es lo que yo creo y respeto lo que otros puedan pensar. Eso no es la Falange de José Antonio, yo soy joseantoniano, falangista de José Antonio, no lo he sido de Franco, no lo he sido de nadie, sólo de José Antonio Primo de Rivera.»

No cabe énfasis sobre el interés de las entrevistas con Ceferino L. Maestú Barrio que “El Fantasma del Viejo Tinglado” ha instalado en You Tube.
 

Son muchas. Y largas. Acaso no se puedan ver de corrido. Pero hay que verlas. Y, en lo que pueda cada cuál, difundirlas.Se encuentran en:

Entrevista a Ramón Tamames

De Estrelladigital, del 6 de marzo de 2008, reproducimos el artículo del epígrafe, de Ramón TAMAMES, en la idea de que pueda ser interesante para los lectores:

Esto de los libros, se dice siempre, es empezar y no acabar. Porque cuando nos adentramos en la preparación de un trabajo de ese porte, tenemos una idea del tiempo que vamos a emplear, que casi siempre se alarga. Teniendo que cortar en algún momento, en línea con lo que decía Borges de “publico para dejar de corregir”.

Lo anterior viene a cuento de mi última publicación, titulada “Ni Mussolini ni Franco: la dictadura de Primo de Rivera y su tiempo”, que salió al mercado hace unos días, editada por Planeta. Y que se refiere a un período histórico muy eclipsado por la fase ulterior de la Segunda República, y más aún por la guerra civil.

Esa es la cuestión: la dictadura de Primo de Rivera es un tiempo de nuestro devenir como país que se prolongó por seis años y cuatro meses, y que actualmente ignoran la inmensa mayoría de los españoles. Y además, se trata de un régimen político sobre el que se han proyectado numerosos prejuicios, por su muy pasajera relación con el fascismo de Mussolini, o su pretendido carácter de antecedente de la dictadura de Franco.

Para empezar, debe entenderse que Primo de Rivera y su régimen pusieron fin a la crisis por la que atravesaba en 1923 la Restauración canovista iniciada en 1875, que hacía aguas por todas partes. Hasta el punto de que en los años diez y veinte del siglo pasado, hablar de la vieja política liberal como sistema caduco era un lugar común. Lo cual explica que Primo de Rivera se hiciera con el poder sin oposición. A lo cual también contribuyeron sus ideas pacifistas sobre Marruecos y acerca de la necesidad de reconstituir económicamente España. Al tiempo que como capitán general de Cataluña había aplicado una política de mano dura contra el pistolerismo sindical, en un periodo en que los anarquistas decían aquello de que “Barcelona es bona si la bomba sona”.

Lo cierto es que, en vísperas del golpe de Estado que llevó a Primo de Rivera a la dictadura, España era un país que no funcionaba y que resultaba difícil de gobernar por el incesante borboneo de Alfonso XIII. Quien se mostraba abiertamente contrario al sistema parlamentario y temía, además, que la investigación en curso sobre el desastre de Annual de 1921 en la Guerra de Marruecos, le exigiera responsabilidades directas.

Toda la conspiración de Primo para hacerse con el poder y primero de todo salvaguardar al Ejército y al monarca de sus responsabilidades, era, seguramente, bien conocida por el rey. Que consagró el golpe, perjurando así de la Constitución de 1876, firmando de esa manera una letra de cambio a favor de la República, de vencimiento incierto.

Con todo, el golpe fue recibido con satisfacción o alivio por casi todo el mundo. Entre los viejos políticos, sólo el conde de Romanones defendió abiertamente la situación anterior, en tanto que la crítica de los intelectuales no fue inmediata, e incluso hubo elogios de Ortega y Gasset y otros. El PSOE tampoco dificultó la dictadura, y se entendió bien con ella, para lo cual, Largo Caballero fue el hombre clave. Mientras que Indalecio Prieto y Fernando de los Ríos se negaron a la colaboración.

Hasta 1925, el principal mérito de Primo fue acabar con la guerra de Marruecos. Para después, ya con el Gobierno de hombres civiles, intensificar su amplia acción social (enseñanza pública, Ciudad Universitaria de Madrid, sanidad, convenios de la OIT, comités paritarios para negociar colectivamente los salarios, etc.), y mejorar notablemente la economía. Para ello, impulsó la creación de empleo y aumentando el gasto público en infraestructuras, urbanismo, escuelas, universidades, etc. Con el resultado de un crecimiento hasta entonces desconocido: el PIB evolucionó al 4,4 por 100 anual acumulativo.

La dictadura impulsó la creación de empresas públicas como Campsa, Telefónica, Iberia, Banco Exterior de España, Paradores de Turismo, etc. Además, debe citarse que fue en este periodo cuando el país pasó a disfrutar de carreteras de primera calidad, con el Circuito de Firmes Especiales. A lo que se agregaron las mejoras ferroviarias, portuarias y aeroportuarias. Se propició, además, un intenso crecimiento industrial y toda una serie de mejoras en el campo, incluyendo la creación de las Confederaciones Hidrográficas para una nueva política de regadíos, con la previsión del trasvase Tajo-Segura, para corregir la descompensación hidrológica de España.

En el aspecto de política exterior, Primo de Rivera potenció las relaciones con Hispanoamérica —donde la proeza del vuelo del Plus Ultra Madrid-Buenos Aires tuvo un eco extraordinario—, al tiempo que floreció la cultura en lo que se ha dado en llamar el período más brillante del “pequeño siglo de plata” de la literatura española, con una gran eclosión de la Generación del 98, y sobre todo, de la poesía con la Generación del 27 con grandes poetas como Alberti, Cernuda, Lorca, etc.

Como se dice en el título del libro, Primo de Rivera no fue ni Mussolini ni Franco. Al contrario que ellos, no quiso perpetuarse en el poder, y renunció al mismo el 30 de enero de 1930, cuando se sintió no respaldado ni por el rey ni por el ejército. Se marcho a su casa, y luego a París, para morir de pena, dice la mayoría, seis semanas después. Por lo demás, el suyo no fue un duro régimen fascista, como el italiano, pues aparte de que el corporativismo primoriverista tenía una raíz propia de carácter socialcristiano, el dictador nunca tuvo ambiciones imperiales y se proclamó pacifista a ultranza, partidario del pacto antiguerra Briand Kellog. Tuvo también Primo un talante ajeno a la crueldad, que le diferenció claramente de Franco, por mucho que la dictadura de éste, de casi cuarenta años, se inspirara en su obra económica y social.

En resumen, cuando estamos abrumados por el acoso de la célebre memoria histórica, y por la nueva forma de reescribir la historia en función de criterios ideológicos más que de investigación de lo realmente sucedido, creo que traer a colación un período que duró más que la propia Segunda República en paz (seis años y cuatro meses frente a cinco años y tres meses), puede ser útil. Sobre todo si se subraya que Primo de Rivera dejó una estela de modernizaciones y progreso que históricamente se ha barrido casi de forma total; por el hecho de que no supo encontrar una salida democrática, aunque lo intentara en algún momento, a su mitigado régimen dictatorial.

P.S. Y no dejen de leer el interesante prólogo al libro, escrito por el historiador Fernando García de Cortázar.

Ramón TAMAMES